Cuando la vida te sacude
La vida es una montaña rusa de sentimientos contradictorios. Simultáneamente, se siente la tristeza por la pérdida de un ser querido, y alegría por la nueva responsabilidad asumida en el trabajo.
La coyuntura nos cambia a cada paso, nos golpea y nos empuja más cerca de nuestras metas. Literalmente tenemos que salir del shock para ponernos en movimiento. Estos momentos comprometen tanto nuestra rutina como nuestra identidad.
Perdida de la seguridad, creaciones de nuevos lazos, remplazos de planes y de deberes, etc. Estos cambios controlan nuestra vida y nos hacen crecer. Cada instante nos forja e impulsa para adelante. De ahí salen los mejores conocimientos, habilidades y experiencias.
La realidad es que cuando nos sacude la vida de un lado a otro, nosotros reaccionamos con la mejor versión de nosotros mismos. Viviendo con la verdad, resistiendo la tentación de conformarnos con el estático y cosechando cada nueva experiencia que nos ofrece la vida.
Aquí os dejo un poema de mi gran amiga María Gabriela Micolaucich
Espero os guste. El tunel
Paso a paso nos preparamos para asumir el reto y, mientras nos ensamblamos, logramos ganar la mayor recompensa. El aprendizaje. El aprendizaje nos hace más fuertes, nos da las herramientas para afrontar cualquier situación y nos abre el camino para andar hacia el horizonte.
¿Quién dijo que el conocimiento no era el premio? Cuando la vida nos sacude no hay nada que podamos hacer, a veces el control se nos escapa de las manos. Sin embargo, podemos encontrar la gracia en ello. Porque, en términos generales, un sinfín de oportunidades se abren para nosotros.
Así que, en lugar de rendirnos, debemos comprometernos a aprender y prosperar.
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