Los Recuerdos
Los recuerdos pueden ser emocionalmente gratificantes, nos invitan a viajar en el tiempo, a recordar cosas y personas que hemos amado, hazañas que hemos conseguido y también los pequeños pasos que hemos dado para llegar donde estamos. Y es que, aunque a veces los recuerdos nos causen dolor, mostrándonos aspectos de nuestras vidas que nos gustaría olvidar, los recuerdos nos forman, nos hacen crecer a cada paso de la vida.
Es importante no perder los recuerdos, porque nos mantienen vinculados a nuestro pasado. Sin ellos, todo parecería una aventura sin cotilleo, sin matices, frío. Porque los recuerdos nos permiten ser mejores, ser humildes y reflexionar acerca de lo que hemos vivido. Porque sin recuerdos, no podríamos ser auténticos con nosotros mismos y con los demás, así como no permitiríamos que nuestras opiniones tomen vida.
Cada recuerdo es único. A veces nos alborotan el alma y nos hacen sonreír, otras nos indican el camino a seguir o nos ayudan a sembrar la esperanza en situaciones difíciles. Sin embargo, lo más importante es que nos permiten mantener nuestras cosas más preciadas con nosotros: nuestra forma de ser, nuestra forma de interpretar la vida, nuestros sueños, nuestros valores, todo aquello que de verdad no queremos perder.
No hay dudas de que los recuerdos son un océano de felicidad, de unión, de emociones que nos ayudan a mantenernos conectados con nosotros mismos. Así que cuando los recuerdos lleguen a tu puerta, no los rechaces, abrázalos, disfrútalos, háblales y descúbrelos. De eso se trata, de valorar el pasado, de conocerte mejor a ti mismo y de no perder de vista tu propia historia.
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